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Alfajores de recuerdos
Un finde de fútbol y Pacífico
Sanhattan
La maleta
El pescador paciente
Nouvelle
Recordar
RECORDAR, del latín re-cordis: Volver a pasar por el corazón.
Pasar camino del quinto pino. O quizás del cerebro o de la entrepierna. A lo mejor camino de otro error o de un acierto definitivo. Esperemos que el paisaje siga siendo bonito. De momento, me gusta bastante esta carreterita que he tomado últimamente. Me dio por volver sobre mis pasos, pasar de nuevo por el corazón y tomar otra salida. La autopista no me gustó. No me va la competición entre gallitos. Prefiero ir solo viendo el horizonte a correr sin sentido para aprovechar las horas de sol. El sol lo llevo conmigo y con mis cassettes en mi ranchera para dos. Me dio por recordar. Por desencajar la caja con las fotos y verme sonriente una tarde turbia de resaca de fin de semana. Despeinado por el aire que acondiciona mi casa y mi cuerpo en las guerras de guerrillas que se precipitan entre la sandwichera y el bote de Nesquik. Adivinaba una silueta al fondo del pasillo. Me acerqué ilusionado, pero solo era un chaquetón sobre la silla del ordenador, recordándome que mi hermano sigue a 10.313 kilómetros de mis dudas y mis certezas. Como un flash me pasó mi vida junto a él. Pasé veloz por el corazón de nuevo y acabé tumbado en el sofá mirando al techo mientras el móvil vibraba sobre un ABC de hace un mes. Mi gente hacía sonar la melodía del teléfono inalámbrico. El esternón crujía al levantarme rememorando cada paso de baile que di en la disco. Pasé por el corazón mientras la música cubana suena entre canis y canas. Descolgué y la vida se recompuso. El reloj volvió a marcar y todo quedó en nada. Solo recuerdos.
Solo recuerdos conservados en alcohol. Vivo para olvidar y bebo para recordar. Solo me queda probar tu bebida. Espero probarla, antes de que me empalague con tanta hipocresía con minifalda y tanto tonto por ciento. Mi sed me deja dejado en las cunetas de mi pasillo. La lengua intenta vanamente por refrescarse con los labios como quien corre detrás de un C1 que se escapa ¡Para el mundo que me bajo! y baja tú primero que a mi me da miedo. ¿É o no é?
Write & Cry, a way of life!
Solían decir que un niño concebido por amor tenía una mayor probabilidad de ser feliz. Ahora ya nadie lo dice.
Gattaca
Escribir es como llorar. Uno no espera el caudal de palabras cuando forman cataratas de letras cayendo de los dedos al papel. Solo ocurre y ya está. Una tormenta perfecta de grafito que inunda el blanco papel de negras nubes ortográficas. Arrasando a su paso. Para dejar al escritor llorón empapado de sí mismo y preguntándose que coñ... ha pasado.
Por eso casi nunca lloro. Por eso casi siempre escribo. No sé leer entre lágrimas. Solo veo agua en un papel ya inservible. Por eso escribo. Por no caerme en mi olvido. Por leerme y releerme. A mi. Que me sé mi vida y que tengo poco que contarme los días que me siento frente a mí. Que todavía me ando buscando por aquí cuando sé que por aquí no estoy. Pero la fe me guía. La fe en nada y la fe en todo y en todos. La fe en sí. Y la fe como afirmación a una forma extraña de vivir. El problema viene cuando si sé porque hago las cosas. Ahí empieza a funcionar el engranaje que acaba conmigo deslizando los dedos por el teclado y vaciando la taza de mi mente. Ahí. En ese momento me pregunto si esto lo entenderé mañana. Si sé o no lo que me digo y porque lo digo. No sé que tiene que ver este texto con lo que siento hoy. Con lo que sentí ayer. Con lo que probablemente sienta mañana. Solo lo hago. Solo lloro palabras. Un texto mojado que no valdrá para nada en un futuro excepto para interpretarlo de otra forma. No me acuerdo que sentía al empezar a escribir esto. No sé si era ilusión o desasosiego. Egocentrismo o pasotismo. No recuerdo porque me estoy quitando minutos de sueño en ver plasmado un día de bombazos en la cabeza. De guerras civiles entre glóbulos rojos y blancos. Y los antidisturbios pegando palos sin preguntar... Es decir, lo de siempre.
Quintero ha vuelto
Son solo 56 segundos mágicos que te ponen las cosas claras. Quintero ha vuelto a este blog. Y lo hace para hablaros. Para que no perdáis las riendas. Hoy no traigo mensaje propio. Me apropio del suyo. Ya está. Podéis ir en paz...
Eriiic
Retazos
El sueño de una noche (aburrida) de verano
Hoy ya no me acuerdo con que pensamiento me dormí aquel amanecer. No recuerdo si me tapé con tus preocupaciones o me quité la camiseta y la puse sobre mis pensamientos. No lo sé. Ahora solo te doy las gracias por ayudarme a veces con mi caña en mis noches de pesca. La madre sabia sabe lo que se hace, créanme....