Recordar

Esto no es Vietnam. ¡En los bolos hay reglas!
El Gran Lebowski

RECORDAR, del latín re-cordis: Volver a pasar por el corazón.

Pasar camino del quinto pino. O quizás del cerebro o de la entrepierna. A lo mejor camino de otro error o de un acierto definitivo. Esperemos que el paisaje siga siendo bonito. De momento, me gusta bastante esta carreterita que he tomado últimamente. Me dio por volver sobre mis pasos, pasar de nuevo por el corazón y tomar otra salida. La autopista no me gustó. No me va la competición entre gallitos. Prefiero ir solo viendo el horizonte a correr sin sentido para aprovechar las horas de sol. El sol lo llevo conmigo y con mis cassettes en mi ranchera para dos. Me dio por recordar. Por desencajar la caja con las fotos y verme sonriente una tarde turbia de resaca de fin de semana. Despeinado por el aire que acondiciona mi casa y mi cuerpo en las guerras de guerrillas que se precipitan entre la sandwichera y el bote de Nesquik. Adivinaba una silueta al fondo del pasillo. Me acerqué ilusionado, pero solo era un chaquetón sobre la silla del ordenador, recordándome que mi hermano sigue a 10.313 kilómetros de mis dudas y mis certezas. Como un flash me pasó mi vida junto a él. Pasé veloz por el corazón de nuevo y acabé tumbado en el sofá mirando al techo mientras el móvil vibraba sobre un ABC de hace un mes. Mi gente hacía sonar la melodía del teléfono inalámbrico. El esternón crujía al levantarme rememorando cada paso de baile que di en la disco. Pasé por el corazón mientras la música cubana suena entre canis y canas. Descolgué y la vida se recompuso. El reloj volvió a marcar y todo quedó en nada. Solo recuerdos.

Solo recuerdos conservados en alcohol. Vivo para olvidar y bebo para recordar. Solo me queda probar tu bebida. Espero probarla, antes de que me empalague con tanta hipocresía con minifalda y tanto tonto por ciento. Mi sed me deja dejado en las cunetas de mi pasillo. La lengua intenta vanamente por refrescarse con los labios como quien corre detrás de un C1 que se escapa ¡Para el mundo que me bajo! y baja tú primero que a mi me da miedo. ¿É o no é?