Abgena

Así denominaron los tartesios (de chocolate) el lugar donde he habitado desde finales de Julio: GINES. Este pueblo donde llevo veraneando desde que comenzé a creerme que tengo uso de razón no podía estar ausente en este pequeño rincón de mi gran cabeza pensante llamado blog.
Es un lugar con poco atractivo, puesto que carece de monumentos destacables y lugares de marcha, los cuales son aún menos destacables. Quizás alguna terraza se pueda escapar de mis afiladas teclas portátiles. Pero exceptuando ese lugar, el (ahora cerrado) cine de verano y el mítico polideportivo típico de pueblo aljarafeño poco podemos resaltar de tan ilustre villa situada a 6 kilómetros de la capital. Además este pueblo tiene a gala el haber permanecido intacto con el paso de los años. Les prometo que sigue igual que hace 10 años. Probablemente algún cambio de mercería de una calle a otra, pero poco más. Créanme, se de lo que hablo. Y este hecho es digno de mencionar, ya que seguimos manteniendo la esencia que nos ha caracterizado. Un lugar aburrido, apacible y donde rara vez pasa algo destacable. No suele haber malos tratos, no suele tener deportistas destacables y la salida de la hermandad del Rocío cada vez crea menos expectación entre los habitantes del municipio. De esto quizás sea responsable nuestro alcalde: Manolo Camino, el cual a pesar de ser gran amigo de Monte-serrín, alberga grandes dotes administrativas. Entiéndanme...
Este va a ser mi homenaje al pueblo que me ha visto crecer de verano en verano y del que me marcho en pocas horas definitivamente por este año.
Hasta aquí llegó todo por hoy, porque tras el atraco a punta de silbato que se ha perpetrado hoy en Mestalla contra mi equipazo, me hace querer acostarme cuanto antes.

Alguien en algún lugar del algún mundo

Atentos porque puede ser el título con el que los imaginativos creadores de programación televisiva nos sorprendan. Así es, amigos. Los programas donde nos enseñan como viven sevillistas, andaluces, españoles, etc... fuera de nuestras fronteras están de moda. Son simples y efectivos. Pasan un día con el emigrante en cuestión, el cual alaba tanto a la ciudad donde vive como a su tierra, la cual añora profundamente. Personas que un día decidieron coger la maleta e irse a ver que les decía el mundo. La idea no me parece mala, y este post no tiene el objetivo de criticar este tipo de programas, ya que las guerras entre Belén y la Campa se me quedan pequeñas a estas alturas de Angosto.
Mi post viene a proclamar lo que casi siempre viene a proclamar: Que el ver el resto del mundo me hace darme cuenta cada vez más de que esto es lo mejor. ¿Narcisismo repugnante?. Si, lo sé. Y esto lo digo en época de desarraigos (o eso veo yo). Mis hermanos me instan a irme a estudiar fuera y uno que dice que lee esto también tiene intención de hacerlo. No les critico. Pero estoy convencido que no perciben lo que yo percibo. No ven el conglomerado de casas y arte que yo veo en mi entorno. Y eso que yo vivo en el barrio con menos historia y menos arte de la toda mariana ciudad. Pero no me importa. Mi ídolo vivió allí, y yo tengo el deber de permanecer en esas calles hasta que la última nota del Rezaré se escape por Argentina, Tablada, Guadalquivir o alguna comisaría de mucha monta.
Y del anterior párrafo me volví a dar cuenta cuando un vallisoletano afincado en la fumada Amsterdam sonreía mientras en el rótulo de abajo se podía leer: "El cambio climático y la gestión del agua son los temas que más importan a los holandeses". ¿Cómo?. Me importa una hortaliza que vivan diqueados por todas partes. La parafernalia de Al Gore no puede ser la otra preocupación de un país tan magnífico. Estoy muy decepcionado con los naranjas...
PD: Ya se puede comentar. Les invito a ello...

José Miguel Monzón Navarro

Que me gustan las entrevistas es algo que sabe todo el que lea asiduamente este lugar. Es decir, no lo sabe mucha gente. Pues eso. Me encanta ver como una persona le pregunta cosas a otra, y la otra contesta sin rechistar. Para mí, el que mejor pregunta es Jesús Quintero; y uno de los que mejor responde es el Gran Wyoming. No esperaba gran cosa de esta unión temporal televisiva, pero debo reconocer que el actual presentador de El Intermedio dice cosas resultonas. Por cierto, El Intermedio no me gusta. No se si es por el grosor de las cejas de la que se sienta al lado del anteriormente nombrado o porque la asiática que aparece la imagino más productiva en otros menesteres. En concreto, cinematográficos... ya me entienden. Bueno, a lo que iba. Que esta entrevista es muy chula y deben verla si es que leen alguna vez este post. Les dejo con el primer tercio de ella....

Descanse en paz

Eso es lo que yo necesito. Descansar en paz, pero del estudio. Estas palizas de estudio sin venir a cuento no deben ser buenas. Esta poca planificación en el único deber que me han impuesto no creo que sea recomendable. Pero es la única forma que sé aunque sea autodidácticamente. De pronto, ando sentado tranquilamente en el sofá y se me ocurre lo de estudiar y salgo flechado hacia la mesa. Y me pego 5 o 6 horas allí metido como si estuviera haciendo algo que me apasionase. Y al día siguiente, me toco los paises bajos descontroladamente bien y plazco haciéndome el muerto en mi piscina agresitada. Ese (dicen que) soy yo.
Pero a lo que iba. Cuando me da por sesgar por la mitad el incesante estudio, voy a donde para mi familia y me reciben con casi laureles. Hombre, ya está aquí el niño.. ¿Has estudiado mucho?, se puede oír de entre el gentío del salón. Cuando todavía no me ha dado tiempo a sentarme, ya me interrogan con preguntas de todo tipo. Sobre mi vida privada. Eso me desgasta una barbaridad increíble. Por tanto, no descanso una carajo.
Por ello, desde aquí pido a la humanidad que se que ni me lee ni me escucha, que no me hable mientras descanso de mi estudio. Gracias a todos

Ave Cádiz

15:00 horas. Mi familia y yo almorzamos tranquilamente bajo el aire acondicionado. Un debate político surge en la mesa entre mis dos hermanos. La disputa venía a raíz del Estado Español. Uno de ellos defendía el españolismo más acérrimo y el otro defendía el localismo barato sevillano. No creo que haga falta decir con quien estaba de acuerdo. A pesar de mi clara postura en este tema, me mantenía al margen viendo la discusión entre muslos y contramuslos de pollo. De pronto me vino a la cabeza un pasodoble carnavalero de mi Juan Carlos de mi alma. No podía dejar pasar esta oportunidad de recomendártelo. De regalo dos cuplets... Ave Cai, que llegan los romanos. Ave pisha, ave si convidamos.

El extranjero

Así se tituló la obra que hizo merecedor del Premio Nobel de Literatura a mi amado Albert Camus. Este escritor que albergo perennemente en la izquierda de este texto en forma de cita célebre y futbolística, me cautivó una noche de verano cuando llegó a mi manos un ensayo (yo no sabía que era eso) llamado El hombre rebelde.
Eso que yo leía ávido y que me mantuvo hasta cerca de las 4 de la mañana despierto releyéndolo una y otra vez impresionado, me ha sorprendido hoy al caer al suelo violentamente cuando recolocaba mi figurita de la primera comunión. Por ello, no he podido evitar dedicarle un trocito de blog a uno de los pocos franchutes que admiro. Les dejaré con el comienzo:

¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no. Pero negar no es renunciar: es también un hombre que dice sí desde su primer movimiento. El rebelde (es decir, el que se vuelve o revuelve contra algo) da media vuelta. Marchaba bajo el látigo del amo y he aquí que hace frente. Opone lo que es preferible a lo que no lo es.

Don Carlos Pumares

Por si usted no tiene el placer de conocerlo, solo le diré que es un genio. Un genio en su profesión y en la vida. En mi importante opinión, el mejor crítico de cine de cuantos he visto y escuchado.
Yo, como potencial aspirante a creerme que sé mucho de cine, afirmo que me gustaría seguir sus pasos. Afamado como pocos dentro de su gremio, se ha pateado medio mundo dando su opinión sobre el séptimo arte. Aclamado en tiempos pasados donde ocupaba la madrugada tras Don José María García, fue guía para muchos en sus inicios cinéfilos. Además tiene muchísima gracia. Les dejo con un vídeo suyo dando su punto de vista sobre algunos temas cotidianos hace unos años en las archiconocidas Crónicas Marcianas. Porque para verlo hablar de cine, tiene usted un enlace aquí mismo y otro en Sabios lugares...

El espíritu de Cai...

Mientras bajaba las escaleras del reformado estadio pensaba en como sería este año la noche por excelencia de mi bahía favorita. Entre tanto pensamiento llegué a la gran avenida y enfilé el paseo que me quedaba hasta los 75 centilitros de DYC que me esperaban delante de la Reina Victoria. Pero antes de evadirme de la realidad quise hacerle una visita a una lúgana que tuve la suerte de conocer en mis tiempos de primerizo universitario. El arte que desprende se merecía dar un rodeo hasta los aledaños de un cartel luminoso rojo de cuyo nombre no quiero acordarme. Tras interrogar a toda una fila de mujercitas que hacían cola para hacer sus necesidades, volví a mirar hacia todos sitios. No había manera de encontrarla, así que desistí y me fui hasta mi trozo de arena. (Al día siguiente vería a través del Tuenti que lugar ocupaba. Seguramente pasé a pocos metros y no la vi).
Cuando creía que el esparto de mis zapatos me desgastaban por completo las plantas de los pies llegué a mi lugar de destino. Allí, en torno a una decena de personas me saludaron efusivamente y me instaron a empezar con el consumo de grados de alcohol. Y así hice. En unos 40 minutos logré beberme la cantidad antes mencionada de whisqui. Las consecuencias fueron las de siempre: charla animada y muerte prematura. Por ese orden. No se cuanto aguanté de pie tras la última copa ni a que hora caí desplomado en la arena gaditana. Solo se que dormí a gusto durante un buen rato y que me enterraron hasta la cintura. Me siento orgulloso de las dos cosas: me alegro de poder haber dormido a pesar del ruido y de haber seguido impasiblemente sobado aunque me estuvieran echando arena en todo lo alto. Incomprensible pero cierto. (Por favor: No intenten esto en casa. Bebe con moderación).
Serían las 7 de la mañana cuando un Policía me informó que debía abandonar la playa. Como buen ciudadano que soy le dije que cinco minutos más y que en seguida me levantaba a desayunar. Y asi hice. El madero me dejó un rato más y me tome una entera con Jamón y Aceite en el bar situado en la plazita delante del imponente hotel. Tras haber recargado pilas, me encaminé a la estación de tren. El sol me daba en la cara. Mi felicidad era patente en varios kilómetros a la redonda. Llegó el vagón y me dirigí a mi casa. (Esta historia está basada en un hecho real: realmente dejé media tostada en el plato).

¿Dónde están los empleados?

Y me gustó. Por eso vuelvo por los derroteros de toda la vida. Bueno, los de mi vida. Segunda transcripción de la entrevista del Loco de la Colina al Loco de La Roda. Disfruten que a mi me toca irme a Cai...

- Jesús Quintero: Eres rockero y al mismo tiempo semanasantero
- Silvio: Veras... Quintero, ¿Escúchame a mi, no? En vez de hablar tu. (Se rien). Se supone Quintero que un rockanrolero se mueve un poco mejor que un nazareno. Se supone... (Rien).
- JQ: Claro. Pero, has dicho que se mueve mejor un nazareno que un rockero. ¿Lo quieres aclarar?
- Silvio: (Rie)
- JQ: Porque a mi cuesta creerme un rockero capillita.
- Silvio: Veras... Existe el rock&roll y existe la Iglesia. Existe el Vaticano, existe el rock, existimos nosotros... Que nosotros en realidad lo único que hacemos es verlo. Hay que tener roll hasta para llevar un paso.
- JQ: Ok.
- Silvio: Porque es la única manera de que no te pese nada. Hombre, la palabra roll significa dancé.
- JQ: Y, ¿Cual es tu Virgen?
- Silvio: Patrocinio
- JQ: ¿Y?

- Silvio: Hombre, El Cachorro... Yo soy nacionalista.
- JQ: ¿Eres nacionalista?
- Silvio: De Triana. (Suena Anna per qué). ¿Donde están los empleados?

Mongólogo

Los hay de muchos tipos. Sobre los amigos, sobre la novia, sobre una serie de televisión, sobre las pajas, sobre un juego de mesa y hasta sobre ellos mismos. Todos los hemos visto alguna vez. Ya sea en el ex-tinto Club de la Comedia o en el siempre refrescante programa Nuevos Cómicos de la Paramount. Han sido cantera de muchos humoristas que hoy copan los platós de la televisión: Ángel Martín, Dani Mateo, Flipy, etecé. En definitiva, son un gran invento. Un tío se pone a hablar sobre cualquier cosa en un escenario con un foco dándole y una panda de puretones le ríen las gracias durante 30 minutos aproximadamente. Por si no lo has adivinado, hablo de los MONÓLOGOS.
Pues bien. Dado mi éxito humorístico y que todo el mundo dice que soy muy gracioso, me han propuesto hacer uno. Probar en el mundo de la comedia. El amigo que me lo propuso lo hizo delante de tres o cuatros especímenes humanos más, los cuales secundaron su idea y me instaron a redactar un monólogo utilizando todas mis dotes humorísticas. Debo decir que la idea de enfrentarme a un público no me hace gracia, pero el escuchar la risa de desconocidos me agrada bastante. La verdad es que he visto ilusión en las caras de mis amigos cuando me lo han propuesto, lo cual me reconforta porque conociéndolos estoy seguro que se pondrían en primera fila a partirse la caja aunque sea una puta mierda el espectáculo. Además si Paquirrín si lo ha hecho...

Para consumo propio

Esa frase que les sonará a los que consuman sustancias (de momento) ilegales, me basta y me sobra para justificar mi retiro cultural estos días. Días de lectura filosófica, cine resabiado y música de clásicos como Cohen o Carlos Cano. Mi madre se sorprende de mi aislamiento voluntario y me recuerda que tengo unas asignaturas que superar en (ya) menos de 30 días. Eso me hace reflexionar. ¿Aún más?. Si, todavía se puede más. Porque, como dice el anuncio: Donde caben 2 , caben 3. Y eso es así cabessa.
Mi mensaje de hoy es uno muy manido: Nada es casualidad. Eso si que es así. Yo amo el arte de atar cabos. Es delicioso observar como está conectado. Como el destino o quién sea hace que la vida transcurre por un lugar o por otro. Es brutal ver como la sinrazón aparente se apodera de nuestras vidas. Sonrío al escribir estas palabras porque esta noche he soñado que el Parlamento se hundía bajo tierra con todos los políticos dentro. Hasta ahí todo normal. Me he levantado, he bajado de la montaña donde vivo ahora mismo y un viejo amigo me ha propuesta un plan tan manido como mi mensaje: Pizza y peli. Como diría Marcelo Tinelli, y ahora viene lo mejor: Me ha propuesto ver V de Vendetta. Increíble.
A pesar de haberla visto, he querido verla de nuevo. No podía caberme en la cabeza que la trama soñolienta se traslade a la televisión de mi salón. Como es evidente, he visto la película concentrado porque estaba seguro que había un mensaje oculto para mí. Y así ha sido. El amor. Ya sea a Natalie Portman, a la verdad, a su país o a la idea de pasearme por mi barrio con la archiconocida máscara.
Hoy vuelvo a pensar: ¿Para qué planear tanto? Si despues mi realidad supera mi ficción.


Vengo borracho

Así es. Probablemente sea la primera vez que escribo borracho en este infumable blog. Por ello será una ocasión especial. Dejaré que mis dedos aporreen las teclas a su antojo y a ver que sale de casi media botella de Loch Castle comprado en el Carrefour a media tarde.
Ayer llegué de Fuengirola. Moros y guiris. No hay nada más reseñable. Quizás algún pijo cordobés o algún cani malagueño. Pero poco más. Por ello, todo el pub inglés se sorprendió cuando agarre fuerte el micrófono y grite: ¡Viva Triana! a todo lo que mi voz daba. Alucinante. Las caras sorprendidas de las féminas europeas hablaban por sí solas. Me sentí orgulloso durante un buen rato. No se porqué. Nadie entendió mi grito, pero me sentí liberado. Debo reconocer que algún sucursaliano me miró mal. Pero es un precio que mi cuidad merece que se pague cual peaje caditano. En general me lo he pasado bien, pero uno nunca está cómodo del todo cuando sabe que allí es persona non grata. Y eso lo llevo comprobando a base de mecheros y botellas desde principios de siglo. Asi que...
Pues lo que os decía antes: me he bebido aproximadamente media botella del whisqui más barato que el Carrefour se digna a vender. Ha sido en el Lipassam. Junto a los de siempre. Nunca nos importó ni la ley anti-botellón ni que la comisaría estuviera a pocos metros. Reggaeton y copasso, como diría cierta muchacha de mi calle.
Terminaré repitiendo que esto se acaba y que es una verdadera pena. Por cierto, ¿Porqué siempre compramos dos litros de Coca-Cola cuando en los cubatas nos echamos mitad y mita?. Contéstame mañana mejor. Gracias a todos. Os quiero 1000 (modo etílico ON).

Ochoa ya está aqui...

Con esa frase se inicia una bestial cancioncilla que acabará con un combinado de whisqui barato y Coca-Cola bajando por mi garganta. Es uno de esos rituales que en mi cerrada y corta pandilla se hace desde tiempos inmemoriales: empezar cada lote con lo que se denomina en el lenguaje etílico como sanfajardo. Esto consiste en beberte un cubata bien cargado de un tirón y después poner pose de hombretón como si el latigazo no te hubiera afectado. Tan absurdo como reconfortante.
Pues bien. Este verano lo estoy practicando con mucha frecuencia. Demasiada para algunos. No se si es porque los años le hacen a uno soportar mejor estas cosas o porque es bastante divertido cuando el alcohol asciende hasta la testa. Además, como dijo un poeta jerezano: Desconfío y casi nunca me equivoco de la gente que habla mucho y bebe poco. El basarme en un poeta me hace ver el alcohol como más inofensivo y eso me hace dormir tranquilo aunque mi hígado me insulte a deshora. Es de los pocos vicios malos que albergo. Que Silvio lo hiciera, lo justifica aún más. Aunque esa manía suya por beberse hasta el alcohol para limpiar las mesas de sonido, juntado con el cigarro comprado en el estanco de Fernando IV, se lo llevaran de nuestros escenarios taifas.
No tengo más que decir. Les dejo con la archiconocida canción antes de marcharme a otra playa seguir sanfajardeando. Espero volver:


Ochoa ya está aquí,
ya está aquí con su copa en la mano,
viene dispuesto a morir,
gracias por haber llegado,
dale un buchito,
que no,
dale un buchito más largo,
y ahora que has bebido,
pasa la copa a tu hermano.