Monzó y la monarquía

No soy un antimonárquico de esos que repudian el escudo de la bandera de ahora. Quizás porque la palabra republicano tiene unas connotaciones en este país y en este momento que no me parecen mías. Pero no creo en nuestra monarquía y si creo en algún momento del día, siempre pienso lo mismo. El Rey sigue yendo sin capa y sin báculo. Y lo que es más grave, sin corona. Nunca entenderé que un Rey vaya sin corona. Este vídeo es un monólogo magnífico de un hombre llamado Quim Monzó que debería tener más nombre en este blog y que aparece, espero que no por última vez, en este lugar.

Chirimiri

Cuanto más se hace, menos queda por hacer.
Crematorio


El domingo me encontré a Iñaki Gabilondo y no supe que decirle. Reconozco que tras tanto tiempo teniéndolo en mal lugar, me dio pena al verlo así. Blanco, viejísimo y débil. Poco quedaba de ese hombre que se puso al frente de las noticias de Cuatro o que luchaba por la audiencia radiofónica matutina. Así que me mantuve callado, tras él en la fila y vigilando sus movimientos con el rabillo del ojo. No sé si la Semana Santa está entre sus gustos. Pero su compañía, Joaquín Petit, también me da mucho coraje, así que los olvidé.
El Madison es otra cosa. Su parquet es diferente. No como el TD Garden, pero un diferente también bueno. Los planos generales del Canal+ Deportes me llevan a su pintura naranja y sus límites azules. No me caen bien los Knicks. No me caen bien los equipos de Nueva York. Tampoco los Celtics. Siento que tengan mis dos pabellones favoritos baloncestísticamente hablando. Noche de playoffs. Carmelo versus Pierce. Casi las tres en el salón de mi casa con Daimiel y sin Montes. La NBA es distinta sin Montes. Tengo el volumen bajito.
Aquí hablo de ti. Lo demás no habla de ti. En este párrafo no es esconde ninguna palabra. Se sientan en corro contigo en medio para que las vayas viendo poco a poco. O de un tirón. Están quietecitas a tu merced. Hablan de ti y de los árboles. Pero sobre todo de ti. De los árboles no hablan casi nada. Dos o tres palabras como mucho de esos troncos y ramas con hojas que caen. Solo eso. Lo demás son letras juntitas formando frases que te hablan y se ordenan para ilusionarte. Si es que pueden o tu las dejas. Bueno, eso. Q.T.A.M.A.C.O.

Chisporroteo

Hoy que lloraron los que viven arriba en el cielo y no quisieron que salieran los sevillanos anónimos, escribo. Para matar la noche sin parones ni sones. Mientras la redifusión del Martes Santo pasado me sirve de banda sonora para la película que no se ha rodado en las calles de la ciudad. La villa de las setas y el seseo. Las persianas de los ojos de los monaguillos y de los balcones de carmesí rezando al unísono por un Miércoles de tregua sin chivatazos ni faisanes por el casco histórico que se tercia histérico si las cruces que guían salen a marcar el paso de los pasos. Ya el sueño de un día sin benditos cansancios se me acerca con el izquierdo por delante. Aquí dejo mi canto a los santos para que mañana si se vean grandes mantos mientras de la silla me levanto. La foto, del año pasado y con mi tembleque habitual.

Mañana es domingo

Ea, po ya estamos otra ve en Semana Santa. Primera frase tras acabar el clásico y una tarde entretenidamente deportiva. Con el Cajasol asaltando palacios verdes italianos y mi Sevilla dejándose horas y días en el coliseo más pequeño e inmundo del planeta. Una sobremesa empezada tras el ali-oli y el paseo caluroso en moto por la ciudad en busca del tesoro en forma de credencial cofrade-cirialera mortal. Las nuevas experencias hablan de kilos de plata y atuendos medievales. Hoy me introduje en el caos del twitter, donde el batiburrillo de frases se mezcla con la emoción de saber que dicen los famosos (o sus agentes de imagen).
La historia que hila todos estos acontecimientos es la mía. La vida mía sentado en la fractura de valores que no cuentan. Vamos, ninguna historia. No me entretengo en llenar este espacio virtual con historietas propias de Serie B. Como las cosas de Nocilla dream y sucedáneos. Veo los resúmenes que son más largos que los partidos y hablan los ex-jugadores entre la tarta que me espera en la mesa. Por cierto, mi hermano llego. Mañana salgo. Mañana es Domingo. De Ramos y de finales. Buenas noches y mala suerte.

Debo hasta de callarme

Mejor por aquí. Que noto que por el cable telefónico se pierden mis sentimientos. Sentimientos de los bonitos, está claro. Yo creo que aquí si. Aquí no parezco patético o lamentable cuando junto letras con arterias del corazón. Iba a escribir de otra cosa. Lo pensado trataba sobre los sueños y el control que tenemos sobre ellos. Pero si el sueño camina y me controla a mi, entonces obedezco aunque con eso no baste. A veces sueño dormido y ni eso te cuento por no darle más palos a mi espalda. Todavía no sé si es mejor el silencio o la verdad. La verdad os hará libres, decía San Juan. Que razón tiene. Dile la verdad a tus semejantes y serás libre. Estarás solo y sin amigos, pero con una libertad total para hacer y deshacer planes a tu antojo. Por eso, al viejo chiste que decía que los hombres no mentirían tanto si las mujeres no preguntaran tanto, le doy tanta razón o más que al que dijo que el que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla, que no fue otro que Manuel Vicent. Pero ese no es mi campo de momento. Aún estoy en la carrera y nadie me paga por mentir en estos momentos. Ahora me va el rollo de ir a mi rollo y pasar. O eso dicen los que me conocen de las Nike a la coronilla. Tendrán razón...digo yo. Confío. Creo. Pongo en otras manos lo que me cuesta sostener a ratos porque me canso. Debo ir al gimnasio.

Semejanzas


Entre odas a ninfas farmacéuticas y acumulaciones de revistas de ordenadores, hago sitio para este manifiesto desorganizado que aboga por los finales extraños de las tramas. Sean cuales sean sus formatos de presentación. Opino que siempre es bueno descolocar, como me hizo When we leave en aquella noche en que te invité por primera vez al cine. Al festival de cine de aquí. Ya seguiré con lo de la falta de imaginación de los guionistas otro día. No me gustó Nine. Veo partidos históricos que parecen histéricos. Ahora sale Carlos Cano cantando el himno de Andalucía en SFCTV. La piel de gallina mía que no es andalucista se me pone.

Japos y varales

Hoy me he pelado con el Salón del Manga de Sevilla en la mente sobre aquella silla. Tijeras de plata para un público de oro escrito sobre el espejo de la cabellería. Aún ando trastocado y toco cada vez que paso por mi estantería, la entrada del concierto de Calamaro. Hasta entonces, seguiré devorando cuentos y entrevistas de Quim Monzó. Mi última adquisición para mi galería de ídolos no tan masificados que amaso y les doy forma de genios particulares. Les recuerdo que en plena Cuaresma y fiebre por tomar una foto ante el paso del paso, me seco la boca de acallar palmas y olés del gentío. Desde aquí me aventuro a decir que el McCafé que han puesto en los bajos del Nervión Plaza no va a triunfar y su intención de americanizar los aledaños del C2 será en balde. Les comento que es como un Starbucks de pacotilla donde el dependiente no sabe preparar el café que sale en la foto. Vengo de la Sagrada Mortaja y no me permito morir hasta verla salir otra vez por Bustos Tavera.

Morir sonriendo

Mira hacia atrás y riete de los peligros pasados. Mira hacia delante y riete de los peligros por venir. Porque si logras que pasen si tumbarte, verás que no eran tan fieros. Y si te tumban definitivamente, estarás descansado y no habrá ya peligro que pueda inquietarte. Riete de los peligros. Lo más que pueden hacer es matarte. Pero nunca podrán quitarte el gustazo de morir sonriendo.