Mañana es domingo

Ea, po ya estamos otra ve en Semana Santa. Primera frase tras acabar el clásico y una tarde entretenidamente deportiva. Con el Cajasol asaltando palacios verdes italianos y mi Sevilla dejándose horas y días en el coliseo más pequeño e inmundo del planeta. Una sobremesa empezada tras el ali-oli y el paseo caluroso en moto por la ciudad en busca del tesoro en forma de credencial cofrade-cirialera mortal. Las nuevas experencias hablan de kilos de plata y atuendos medievales. Hoy me introduje en el caos del twitter, donde el batiburrillo de frases se mezcla con la emoción de saber que dicen los famosos (o sus agentes de imagen).
La historia que hila todos estos acontecimientos es la mía. La vida mía sentado en la fractura de valores que no cuentan. Vamos, ninguna historia. No me entretengo en llenar este espacio virtual con historietas propias de Serie B. Como las cosas de Nocilla dream y sucedáneos. Veo los resúmenes que son más largos que los partidos y hablan los ex-jugadores entre la tarta que me espera en la mesa. Por cierto, mi hermano llego. Mañana salgo. Mañana es Domingo. De Ramos y de finales. Buenas noches y mala suerte.