Debo hasta de callarme

Mejor por aquí. Que noto que por el cable telefónico se pierden mis sentimientos. Sentimientos de los bonitos, está claro. Yo creo que aquí si. Aquí no parezco patético o lamentable cuando junto letras con arterias del corazón. Iba a escribir de otra cosa. Lo pensado trataba sobre los sueños y el control que tenemos sobre ellos. Pero si el sueño camina y me controla a mi, entonces obedezco aunque con eso no baste. A veces sueño dormido y ni eso te cuento por no darle más palos a mi espalda. Todavía no sé si es mejor el silencio o la verdad. La verdad os hará libres, decía San Juan. Que razón tiene. Dile la verdad a tus semejantes y serás libre. Estarás solo y sin amigos, pero con una libertad total para hacer y deshacer planes a tu antojo. Por eso, al viejo chiste que decía que los hombres no mentirían tanto si las mujeres no preguntaran tanto, le doy tanta razón o más que al que dijo que el que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla, que no fue otro que Manuel Vicent. Pero ese no es mi campo de momento. Aún estoy en la carrera y nadie me paga por mentir en estos momentos. Ahora me va el rollo de ir a mi rollo y pasar. O eso dicen los que me conocen de las Nike a la coronilla. Tendrán razón...digo yo. Confío. Creo. Pongo en otras manos lo que me cuesta sostener a ratos porque me canso. Debo ir al gimnasio.