Lo que diga el termómetro

Estoy enfermo. Nadie me puede curar. Sólo quiero un poco de tranquilidad y estoy sintiendo cómo me muero por dentro. Estoy enfermo. Cuando cierro los ojos todo mi mundo da vueltas. Intentaré poco a poco recuperar la cabeza. Si por el cielo nunca he volado, mis alas no son verdad. Cuando me impulso siempre resbalo, nunca consigo despegar. Es que nadie me puede ayudar.

Gracias a Pignoise y a Melendi. Gracias a mi madre por cuidarme esta mañana.

Nada antiguo bajo el sol

Ya volví. Febril, pero volví. Echaba de menos las galletas de la tarta, el sexo y el dibujo de mi mesa de camilla. Priority es un gran término con un complicado inicio. Avisen por megafonía que se acaba la Heineken o te dan el viaje los guiris abueletes camino de la Costa del Sol. Como ya saben, me niego a hablar de Goteborg o de Suecia por aquí. Esto es para otra cosa. Para las vanaglorias y para ir preparando adecuadamente la cuaresma que se cierne sobre nuestros capirotes. Los árboles de la foto son como los de aquí. Allí el autobús llega a su hora y los niños rubios juegan casi a lo mismo que los de aquí. Todavía no he visto Crematorio, pero Pepe Sancho nunca me cayó bien. Yo creo que el hockey sobre hielo es un gran deporte. Y el casco de los jugadores puede valer como quitamultas de las scooters aquí. Estoy grabando un disco de Paco de Lucía. Nunca me gustó retransmitir mi vida, pero la patronal quiere empezar a cobrar por hacerlo. Me río de todo eso. Del Niú firme. Es lo que hay. Todavia me queda un poquito para que el texto concuerde en longitud con la maldita foto que se me ocurrió convertir en arte con el CS4 y la habilidad incesante que (achille) emana bajo mis rizos carne de casting de H&S. La cosa está muy mala y la picaresca para dejar los warning a buen recaudo en las estacion de transportes de esta desorientada ciudad mariana y todo lo demás compensan la espera, las peleas con taxistas y mirar a través del cristal los best-sellers recien salidos de las imprentas de las mentiras y gordas. No he visto Torrente 4, la Policía me busca para retirarme el DNI en este momento. Entiendo que el cine español avanza. Ya solo dos líneas según la Creación de entradas de Blogger. Cada día me doy más vergüenza. Perdonen las molestias.

Conserjes y monsergas

Antes de irme a Suecia quería denunciar la labor de algunos conserjes y encargados de instalaciones, los cuales son enemigos naturales míos por sus extrañas órdenes y mi insistencia en la mayoría de casos. Se nota conforme el hombre, que suele vestir de oscuro, se va acercando si ha tenido una infancia feliz o no. Un conserje con una infancia feliz no tiene el valor de echar a la gente de un campo inutilizado en ese momento por poca luz que haya o mucha agua que haya caído. A los conserjes que no dudan en imponerse los imagino sin balón y mirando envidioso como los demás juegan. Quizás ya ahí su destino de conserje cascarrabias empezaba a fraguarse. Y pensarán, ¿Por qué salta hoy con esto? Pues porque ya basta. Los últimos acontecimientos en el SADUS de Los Bermejales y en el Pabellón de Arquitectura me obligan a denunciar a sendos encargados por su cruel aplicación de las directrices que ellos dicen recibir. Pero no solo es cosa del personal de mi querida US, sino que tanto los guardas de la Ciudad Deportiva del Sevilla como la encargada del Pabellón El Paraguas también se sumaron a esta medida de ahogar a un usuario de las instalaciones que paga y que solo tiene la intención de disfrutar.
Parece que la psicosis a la denuncia por parte del cliente hacia la entidad prevalece al cumplimiento de la función de esos espacios, disfrutar con el deporte. Sencillamente lamentable. Espero que las futuras generaciones de guardasjurados, conserjes y demás personal armado con manojo de llaves y chubasquero gordo tengan más sentimientos que los actuales, los cuales dejan en tal mal lugar a tan digna y preciada profesión. Ea, pues dicho queda. A Suecia que me marcho a ver si allí hay buenos conserjes o el problema tiene una magnitud internacional.

Ab irato


Para estrenar este fondo de huevos gordos de gallina gorda, hablo de las enmiendas que hablan de la libertad y de las madres que sobreprotegen a sus hijas para que no les pase lo mismo que a ella cuando jóvenes. También me acuerdo de Bollywood y los grupos de jovencitos que creen que hacer lo que hizo Oasis es muy fácil. En cambio, aquí no hablo de los negocios de arreglo de uñas de mi barrio ni de la compra de oro al por menor. Estoy viendo LOL, una intento de comedia romántica que por no tener, no tiene ni chicas guapas que besan a chicos supuestamente guapos. Las confesiones en las fiestas de pijamas no son jurisdicción de Wikileaks y eso me pone triste. Ahora cualquiera se cree gracioso por ponerse una gafas retro y un gorrito inservible imitación de Pete Doherty. No me valen los callejones-mercadillos. Tampoco me gustan las conquistas a base guitarra y sonrisa. Hola ¿que tal? soy un puretón y experimento con drogas. Doy clases en un instituto y por eso entiendo a las adolescentes como tú. ¿Puedo abusar de ti? Gracias. Ya vomito demasiado como para pararme en vosotros. Mi boca es un metro que escupe personas en erupción. Solo el filito de la camisa sobresaliendo por el borde de la rebeca me dice que la primera vez no será tan bonita como cuando la soñé con las Converse puestas y pantaloncitos de verano. Hola, soy virgen y me creo frágil. Ponme el dedo en la boca y cállame para poder empezar a follar. Ahora cambio al Discovery Channel y solo hay anuncios. Me sueno los mocos con un recibo bancario.

Nota de disculpa

Queridos lectores,

Pido perdón por no arrimarme a vuestro pesimismo. Lo siento, pero no. Me niego a unirme a vosotros y a acordarme de las crisis, ya sean morales o monetarias. No me interesan vuestros lamentos desde las poltronas. Solo sé ver las cosas a través del rosa pintalabios de mi novia. Así. Fácil. No busques más que no hay. Por eso pido disculpas. Por mi simpleza. No voy más allá porque más allá solo hay existen inutilidades que me apartan del inexorable camino de conformismo barato que vivo plácidamente entre la autocomplacencia y tus caderas. Si tú no te das cuenta de lo que vale, el mundo es una tontería. Siento no contagiarme de tu visión apesadumbrada que solo cuenta muertes mientras descuenta vidas. Yo solo soy un loco. Un loco que tiene por patria una colina donde a veces el limonero, el río, las flores y la tierra piensan en voz alta conmigo y me consuelan de preguntas con muy difícil respuesta. Eso dijo alguien hace más de 30 años por las mágicas ondas. Yo lo escribo ahora y pido perdón por mirar hacia otro lado. Hacia mi lado. Mi falta de empatía por tus problemas ralla la grosería. Siento que sea tan poco interesante tu mundo de tropelías. Lo siento de veras.

Ocurrió en Sevilla

Si usted vive hasta los cien años, quiero vivir hasta los cien días menos uno, así que nunca tendrá que vivir sin ti.
Winnie the Pooh
Ni siquiera esperó al aplauso para marchar. Salió del lugar, cogió un taxi y poco se supo de él aquella gélida noche. Era 1986. Él era rubio y bigotudo. Melena al viento y rebelde. Siempre lo fue. Aún lo es. Querido allá por donde va. Amante del buen alcohol. Pero esa noche no se supo más de él. El taxista, sorprendido, lo acompañó al hotel. Bernardo no durmió bien esa noche. Ni la siguiente ni la otra. El capitán de aquella nave la abandonaba sin concluir el viaje. La gloria fue para Duckadam. Ocurrió en Sevilla.