Mañana

Lo siento. Hablo otra vez de lo mismo. Me niego a hablar de otra cosa que no sea Semana Santa. No quiero ni mencionar mis estancias en Dalí los findes. Ni mis lotes en cuadrados mágicos feriales. Tampoco que me voy a Oslo en Feria. Es inútil en un día como hoy hablar de que culpo a los jugadores de mi equipo de la destitución del de Arahal. No puedo acordarme hoy, Sábado de Pasión, de que asciendo a Primera División de Triana en Tejares con los BDP.
Que no. Hoy no. Que mañana salgo de nazareno amargo por la calle Feria. Que si mi hermano dice que huele a incienso hasta por las calles de Santiago de Chile será por algo. Que ver a los canis con sus trajes en tonos pasteles solo pasa una semana al año. Que me queda mucho auricular en oreja. Que esta entrada la escribo con el fondo de mi Banda de CC y TT de las Cigarreras. Que se nota que mañana empieza algo diferente hasta en el exilio. Hasta por las calles anodinas de Los Remedios. En los bancos nuevecitos de Asunción. En el Tex-Mex también. Entre las rendijas de la valla del parque de la araña. Mañana pasa algo. Y no es que que salga yo a eso de las 8, mientras mi equipo se juega media vida en Vila-Real con uno de Marchena en el banco. Eso no. Mañana sale Sevilla. ¿Por qué? Yo te lo digo.
Mañana es el día. El que cuando pasa ya se empieza la cuenta atrás para el siguente. Si. Mañana es Domingo de Ramos. De Juande, por supuesto que no. De Ramos y Palmas. De antifaces levantados en El Salvador y de cielo con bonita Estrella en Triana. Mañana es día de calor con la chaqueta puesta y de dolor de pies en las mujeres con tacones. Mañana, cuando salga la Cruz que guía por el Porvenir, se habrá destapado el tarro de las esencias. Un tarro que el cielo no se atreverá ni a aguar.
Y será aquí. Y tú lo podrás ver. Y pobre de ti, si te lo pierdes. Pobre de ti, si prefieres coger la maleta e irte a la playa. Pobre de ti, si rechazas el museo andante que circulará estos días por mi ciudad. Pobre de usted. Sin una mirada furtiva en una revirá. Sin fumar el incienso y colocarte de capillismo un instante. Eso, que quizás no entiendas. O quizás si. Eso te cuento. Eso pregono como no hizo mi querido Antonio de la entrada anterior. Eso que con mi pobre prosa vendo. Perdón, regalo.
FELIZ SEMANA SANTA A TODOS

Pregón no apto para sevillanitos

Esa es mi definición del pregón que hoy ha pregonado Barbeito en el Maestranza. Con maestría. Maestro de la oratorio como apuntó Rosamar en la presentación. Dentro de su papel de hombre criado entre olivos. Sin entrar de lleno en la fiesta que él no ha vivido desde niño. Reflexionando con la palabra. Con la excepcional literatura que él despliega a diario en La Tribu. Utilizando sus ejemplos de pueblo para ilustrar su relación con Dios. Una relación que dista de la que tienen la mayoría de cofrades criados entre callejones del casco histórico o junto al arte de cualquier rincón de mi Triana. Yo alabo a Antonio. Y lo hago por no ceñirse al modelo de pregón que todos esperan año tras año. Lo hago porque escribe con sinceridad aunque duela bajo los pines cofrades de las chaquetas de hoy. Un pregón es algo más que decirle guapa a la Esperanza o que arrancar un aplauso rimando Triana con Santa Ana.
Y si no les ha gustado y quieren buscar culpables, háganlo en quién designó a este señor sevillista. Él no tiene culpa de ser como es. No busca caer en gracia a los capillitas de la capital. Ha dado su pregón. Su verdad. Su visión de todo esto que llaman Semana Santa. Y a mí, me ha gustado. A mí. Que muero con todo lo que huela a esta bendita y maldita ciudad. Que le tengo declarada la guerra al tonto de capirote sevillita, como diría el director de algún de corto de barrio pijo.
Esto que cuento pasó después de Soleá dame la mano. Después de Amarguras. Fue el pregón de Barbeito. Fue el pregón de mi Sevilla. El pregón que retumba una semana antes de que retumbe la ciudad. Gracias Antonio.

Estéticamente incorrecto

Quizás no sepa porque muestro esto hoy. O quizás si. Necesito airear estas vagas rimas que fueron creadas cuando el verano del 2009 expiraba y yo pasaba más tiempo en el hospital que en mi casa por razones que todavía no vienen al caso. Y traigo unos versos titulados GLUTEN. Y gluten porque por allí pasaba mi primo con un sobao del Mercadona. Y gluten porque hay proyectos de mujeres demasiado creídas en esta bendita ciudad. También enseño esto porque dice una verdad como un templo.
Además con esto hago una evidente declaración de intenciones por si alguna ilusa pasara por aquí y quisiera degustarme. Ahí les dejo esto. Hagan lo que quieran con él.

GLUTEN

Ahora que pongo cara de loco cuando escribo,
ahora que no se ni lo que digo,
que le pido rimas a los mendigos,
en este gran momento en que sostengo un Frigo.

Yo me maldigo,
porque son muy feas con las que ligo,
porque me traiciono como Figo,
aun sabiendo que es un callo, sigo.
se que no son limpio trigo,
pero al igual que las guapas, tienen higo.
Y asi lo reivindico y lo digo.

Vivan por un dia las feas,
porque ellas si son guapas por donde mean.
He dicho,
ah, y contigo si, bicho.

Mortaja

Siete Dolores. Septenario para rendirle culto a las siete letras de la palabra que a todos nos espera. Juntamos pañales y mortaja, siete contra siete... Así comenzaba un textito de Paco Robles en el comienzo lluvioso de esta cuaresma. Se refería a la Sagrada Mortaja. Hermandad que traigo a mi blog por mi fascinación hacia ella. Por haberla redescubierto bajo los sones de saxofón cigarrero de Membrilla en el Convento de la Paz, por los pósteres morados del año pasado que me dieron en su casa de hermanos, por su patio, por su altar, por su iconografía, por su muñidor de patillas y entradas, por sus 18 ciriales, por su música de capilla, por su recogimiento, por ser su salida el momento más espectacular de la Semana Grande de la más grande ciudad y por tantas cosas que la hacen especial.
Yo no soy (todavía) hermano mortajero. De saber popular es que yo soy de silencio blanco amargo en San Juan de la Palma. Pero me descubro desde hace años en Bustos Tavera ante la Mortaja que a todos nos llegará por mucho actimel que tomemos. Y nos llegará probablemente con los sones de algún trío de música de capilla. Algo parecido al vídeo que os dejo. Preludio oscuro de lo que se nos viene encima en 15 días...

¿Por qué te vas?

Para entender el artículo que da título a esta entrada y al propio texto, tiene que leer la carta de despedida que nos ha dejado en herencia nuestro (de momento) alcalde. Si, Alfredito. El de la Ciudad de las Personas donde manda las bicicletas. El texto que van a leer es de Juan José Borrero, columnista de ABC. Por supuesto, hago mío el texto. Ahí lo llevan:
Hoy en la ventana no brilla el sol y con el corazón triste contemplamos la ciudad. ¿Por qué te vas? La pregunta que hacía la sutil voz de Jeanette, aquella que también cantaba al muchacho de los ojos tristes, nos viene hoy al pelo para plantear el artículo como un largo cuestionario. ¿Por qué te vas?
Si dices que no estás cansado, si estás convencido de haber hecho una gran labor al frente del Ayuntamiento, si no tienes que sofocar antiguas guerras internas en tu grupo de gobierno, si Viera sigue coleando, si el almíbar de tu relación con Torrijos no te produce arcadas, si hay que seguir transformando a zarpazos la ciudad; si, aunque las cifras del paro te quiten la razón, Sevilla está preparada para el futuro; si la imposibilidad de aprobar un presupuesto no impide gastar en subvenciones opacas; si todo va bien, si no te preocupa volver a ser lo que fuiste ... ¿Por qué te vas?
Si sólo tienes el pequeño inconveniente de no saber comunicar aunque parezcas incomunicado; si Montaño tiene notas por mandar, si Tablada, dice la Junta, no está blindada en verde parque; si era lógico talar el Prado, si tu primo no fue enchufado, si lo de la carpa de la Davis fue una «malajá», si hay que terminar las setas, si Celis renunció a pagar el mirador de Miches; si quedan calles para dedicar a Willy Toledo, si no sabemos por dónde continuará el tranvía y el metro que tan planificado tenías, si tus aduladores trabajan sin descanso, si tienes reserva de indiferencia para tus críticos... ¿Por qué te vas?
No me lo explico. Si todavía quedan vecinos a los que negarles una entrevista, si quedan Plenos para pasarlo en grande escuchando a la bancada comunista ciscarse en todo, si la conspiración de los fachas servía para los convencidos, si ya estábamos decididos a vender el coche, si Mango puede abrir más tiendas en las calles peatonales, si las Tres Mil espera, si Triana te quiere... ¿por qué te vas?
Si Marín y Pardo sólo pasaban por allí, si Castaño no es oscuro, si en Mercasevilla está todo el pescado vendido, si Marchena sigue ahí... Si quieres pasar a la historia por tu honradez.... ¿por qué te vas?
¿Por qué te vas?... si tú hace tiempo que te fuiste y ahora sólo te han echado.

Permiso B

B de me llevas un momento al supermercado?. Efectivamente. Me estoy sacando del carnet del coche. Quizás el hecho de tener un Ibiza en la puerta parado sea un motivo más para animarme a pasar de la Avispa a carro-mato aunque sea solo los días de lluvia y C1. Y sacarse el carnet del coche implica la palabra autoescuela. Lugares extraños parecidos a academias de refuerzo para vagos y maleantes. Además suelen tener una secretaria buenorra, la cual también suele estar liada con el dueño de la autoescuela. Esto ha ocurrido las dos veces que me he apuntado. Tanto para la amoto como para el coche. Me gusta pensar que en el resto de las autoescuelas es así. Por aquello de no perder la figura de la mujer trepa que va ascendiendo por follarse a su superior. Quizás sea un romántico de ese argumento de películas del otro lado. Las del tipo B. Usted ya me entiende.
Y también me hace algo de ilusión todo lo que implica tener coche. Lo de ir con la radio a toda ostia con frikadas de las mías (véase la grandiosa foto del maestro de maestros). Lo de poner cero fallos como estado del tuenti. Tampoco le hago ascos a subir una foto con una L verdiblanca y etiquetar allí a todos los que dijeron que iba a suspender. Tu sabes. Lo típico que no hace nadie. Y si. También lo del picadero, aunque la temporada de pica esté fatal por las lluvias y otras razones que no vienen al caso. Ah, y que no se me olvide el perrito que mueve la chorla o el Elvis que mueve la pelvis. Por cierto, es gracioso que Elvis rime con pelvis. Prometo sacarle partido a esta invención que acabo de hacer y de la que la SGAE tiene cero derechos.
Aunque debo bajarme los humos y no vender la piel del oso antes cazarlo o incluso, antes de montarme en el coche para ir de caza. Pero tenga cuidado. Amenazo con comerme bordillos y muchos parachoques aparcando. Ve comprándote una plazita de garaje si vives por mi barrio...

Chile

Dijo Ortega y Gasset hace tiempo que tiene este Chile florido algo de Sísifo, ya que, como él, vive junto a una alta serranía y, como él, parece condenado a que se le venga abajo cien veces lo que con su esfuerzo cien veces creó. Y no les falta razón. Ni a Ortega. Y por supuesto, tampoco a Gasset. Chile llega estos días a nuestras portadas por que se han dejado puesto el modo vibrador mientras dormían y se han despertado sin cobertura (médica) y con las piezas del móvil esparcidas por el suelo tras una caída de 8´8 desde la mesilla de noche. Eneko pinta bien esto en su blog.
Pero este blog no viene a compadecerse del pueblo chileno. Tampoco a ensalzar en demasía a Ortega o a Eneko. A mi Chile no me toca nada en particular y su desgracia podía haber quedado muda en este blog si no fuera porque mi hermano vive allí. Solo por eso. Se pueden imaginar la preocupación de familiares y amigos preguntando si mi hermano andaba o no bajo los escombros andinos. Pues no. Él es persona de tremenda suerte y de peores situaciones ha salido el pobre. A pesar de medir dos metros, no le ha dado ninguna cornisa. Me cuenta que hasta se ha acostumbrado a las réplicas del seísmo. Y que escuchar que no pase por tal o cual barrio por saqueos, es algo diario en estos momentos. Grandiosa y fascinante la realidad de aquí y de allí. Y una frase me viene a la mente que estos días inunda la cartelería urbana: Esto solo lo arreglamos entre todos. Que bárbaro...