La P con la H

He tenido durante mucho tiempo una obsesión casi enfermiza por parecerme al tipo de la foto. Un maldito rapero malagueño llamado Sergio que entró en mi vida hace varios años y que se empeña diariamente en acompañarme. Mis gafas RayBan con solo media montura son solo el elemento más notorio, pero en mi interior es donde realmente habita. Y lo hace junto con otros que llegaron hace tiempo como Weller o Burdon. Elphomega es lo que se conoce como un artista de culto. Más bien, oculto. No es ni el más famoso de ese estilo musical apartado de los grandes focos llamada rap español. Solo es un friki leecomics y tragadunkins como yo. Un miope culto y mago de la palabra que está muy por encima de los que suelen escuchar su música. Él es una metralleta de referencias imprescindibles complicadas de desentrañar y que te obligan a escuchar cada canción cientos de veces. Una droga legal y recomendable que se sirve en pequeñas dosis de varios minutos y que uno cree no haber consumido. Pero algo queda. Quizás un lugar como Valhalla o un personaje como Ishtar. Elementos insignificantes que marcan la diferencia. Mientras otros se dedican a la burda competición rapera, Elpho se dedica a educarte en las artes. Escucharlo es ir a clase de la asignatura más maravillosa que imaginas. Sentir callado su abrumador flow. Aquí un resumen de lo que hace. Lo suyo es Droga pura.