Se acabó lo que se daba... otra vez

No sé para que tengo un blog. Se supone que hoy debería hacer balance y contaros que tal me ha ido en este 2012, pero no. No pega repetiros lo que ya sabéis. Os quiero. Es verdad. A ti sobre todo. Si, si. A ti. No mires hacia otro lado ni cierres esta página. Por favor, ven. Necesito que nos hagamos la vida aún más maravillosa. 

La primera oportunidad para ello: dos mil trece.

Noche buena



Debería estar prohibido ser tan guapo y cantar tan bien. El mundo está muy mal repartido y él muy bien proporcionado. Lo dicho, te deseo una Próspera Navidad.

"Si un escritor se enamora de ti, nunca morirás."


Lo siento si tenías pensado morirte. No haberme mirado aquel día...



Prisa, dolor y veda

"Simple por fuera, complicado por dentro. Complejo por fuera, simple por dentro". Catanoga

Os acerco una cita certera del aprendiz de brujo literario del que más he aprehendido sin él proponérselo. Palabras esas aplicables a tantos avatares vitales que no cabrían en toda la maldita y tediosa blogosfera universal, así que versaré sobre su autor. Él, tímido en las distancias cortas como los grandes genios, aparece en este rincón sin azulejo. Bueno, más bien lo traigo a rastras desde su mundo de odas artísticas y locuciones mundanas. Hacerle un presente escrito a él es hacerle el amor a las bellas y exactas palabras. Por eso las musas, biógrafas de este sujeto, vienen a mi como él acude a los bailes prohibidos en los pubs de moda. Con su humor lacerante y un eterno rizo por cada pensamiento brillante y necesario. Sé de mala tinta y de buen papel que los más veloces con el cerebro también sufren. También reciben la injusticia de lo divino y de lo inhumana que es esta vida. No me queda otra que lanzar el guante, atizar en su oculto rostro y retarlo a compartir mesa y gatos de nuevo. Servido el menú de la casa. Prometo presentar buena compañía.