Ni pudimos ni nos dejaron

Para todos los que creen en las locuras. En la libertad del alma. Los que se creen que pueden dirigir su vida y tienen el valor de intentarlo. Los cambios de rumbo adrede y las demás cosas que dependen de uno mismo. Para todo esos es la vida... que no existe.

Re-flexiones in-dispensables

Un acto vale más que mil palabras, aunque esas mil palabras valgan para poder hacer el acto.
Varlao Hoaco

En los tiempos que (se) corren es casi indispensable la utilización de esas mil palabras para que te dejen hacer(le) el acto. O la actuación, en algunos casos. Se necesitan aún algunos actos para algunos que llevan miles de palabras sin conseguir hacer el acto. Y vuelven a utilizar más palabras en busca del acto, entrando así en un círculo (muy) vicioso del que es complicado compensar la balanza de palabras y actos sin tener que recurrir a pagar por un acto. Porque, si un acto vale más que mil palabras, ¿Cuánto vale el acto? Hay sitios donde tu eliges a la actriz, le das 80€ y haces el acto. O sea, 80€ por ahorrarte las mil palabras. Has comprado a 8 céntimos cada palabra. Es un buen negocio. Sobre todo, si no sabes que mil palabras desbloquean el acto para poder llevarlo a cabo. Recomiendo contar las palabras. Predecir cuando vayas por mil (aproximadamente) si te van a valer para un acto o si vas a tener excedente de PALABRAS PARA ACTOS. Un producto con exceso de oferta y defecto de demanda, sobre todo si esas palabras intercambiables por actos, están caducadas o no valen ni en millones para conseguir ni un solo acto. Bueno, lo dicho. Hacía tiempo que no hablaba de sexo...

Apartado

Ya paso por aquí como un fantasma. Parecido a los hombres de sombrero de Destino oculto. Dejo dos o tres cosas y me voy más vacío hacia la siguiente parada. Más suelta de lastre y se repite el proceso. El problema es que siento y me engorda el pensamiento. Con saludos y audiciones. Queda poca batería. Voy a cargarme. Y también a descansar de mi un rato.

Cruz parroquial



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Muerte. Todo apagado y bello en Doña María Coronel. Creando nubes con la espalda rota. Plata de ley. Nudillos resbaladizos y avance sin casi pausa. Caen mijitas. Miedo e incertidumbre. El coro no para hoy que hablan del barco que se hundió. Todo lo amortaja la mirada en la revirá. Silencio, honda respiración. Sonrisas cómplices y bellos recuerdos. Fue una noche de contrastes, nervios y balanceo. Cabezazos en la noche de la plata sujeta por temblores. Semana Santa en Sevilla. Silencio. El paso ya descansa dentro con nosotros fuera.

¡Qué fuerte la vida!

Los días contados. Muchos. Sin venir a verme. Con escalofríos de medianoche y labios gastados. Cosas que pasan o dejamos que pasen. Vuelve la primavera como prometió. Con agua regada mal y pronto. Con sonrisas y carretera. Siguen las noches. Ya está aquí. Todo. Los días grandes de momentos pequeños. Un nazareno montado en una Vespa, por ejemplo. Me acuerdo de la música. Oh oh oh oh oh... Gritos, aplausos, todo en la calle. ¡Comienza el espectáculo!