Mi "derecho a soñar"

Hoy que lucho contra el sueño. El deber me llama a la cama para no cabecear en las mañanas de Reina Mercedes, pero más fuerza tienen estas palabras. Y lo grito hoy que dudo. Que te dudo. Que la incertidumbre del amor entra por mi balcón entre las rendijas de la persiana echada. Porque hoy siento que SI. Que tú puedes ser por mi SI. Un SI claro, alto e inequívoco. Sin tartamudeos adolescentes ni nervios precoces. Un SI desde el corazón que intuyo que tengo bajo el logo de mi camisa de cuadros. Un SI arrebatador, irónico y fugaz. Que se deshace en nuestras bocas mientras nos acariciamos con los labios. Un SI duradero en las tardes de penumbra lluviosa urbana. Un SI cristalino observado a través de nuestros cristales. Que nítido nos refleja nuestros ojos ilusionados. Ojos faltos de un miedo pasado. De un terror anterior. De cuando los abrazos que nos cobijaban no nos merecían entre ellos. Hoy me acuerdo de nuestro futuro. Lo recuerdo como si hubiera sido mañana. Añoro nuestro futuro. Sueño con poder recordar estas palabras de madrugada otro día. Sueño hacerlas felices. Releer entre sonrisas estas lineas más adelante. Remojarme los labios entre estas palabras y empaparme de lo que ahora significan. Contener la respiración con los ojos cerrados mirando. Mirándote. Hoy me reflejo en mi mismo y me doy la enhorabuena. Vuelvo a la senda partiendo mi esparto hecho suelas mientras sonrío. Vuelvo a recordar nuestro derecho a soñar. Galeano me lo dijo antes de que yo pudiera escucharlo. Por eso, yo te lo digo a ti. Hoy te lo digo a ti. Sueña conmigo como yo sueño contigo. Porque aunque el sueño no se cumpla, nos quedará una sonrisa perenne viéndonos juntos. Soñemos. Podemos. Debemos. Nos lo merecemos. Tenme fe.