
Me quedó un resquemor extraño del asunto que tuvo con Martinez Ares en el tema del pregón. Tampoco es que Martinez Ares me gustara en aquel asunto de derechos musicales. Para mí, salieron perdiendo los dos. Pero bueno, no vengo hoy a hablar de Santa María. Digo que tampoco me hace gracia que le escriba las letras Jesús Bienvenido, el cual no es santo (nunca mejor dicho) de mi devoción. Además tiene grandes compañeros y me encanta cuando comparte con tenores o con cantaores flamencos. Y no quiero hablar del peinadito con el flequillito que se deja. ¡Que no! No me gusta Pasión Vega. Ya está. Esta entrada me ha salido de un tirón y no pienso estropearla en cambiar algún ápice.