Juez: Mateo Trefoloni

Tucídides dijo hace ya un rato que la historia es un incesante volver a empezar. No le falta razón al militar heleno. Y es que empezamos y acabamos actividades a diario, aunque algunas veces se dejen a medias las labores. Desde empezar a amasar la pizza que compré en Lidl y que cené ayer hasta darle el último bocado allá por los primeros minutos de hoy. Y algunas veces los finales y los principios coinciden. Hoy, hace pocas horas he terminado los dichosos exámenes. Por segunda vez en este año (y me parece que no va a ser la última) ha terminado esa especie de matanza colectiva escrita. Ese reducto irreductible que nos deja la Universidad para poder tener la satisfacción de suspendernos dos veces en pocos meses. Así son ellos. Y en medio de esta gran vorágine, surge la Automatrícula, de la cual no puede hablar por recomendaciones médicas. La dura realidad universitaria vaga por mi cuarto estos días entre apuntes y libros prestados por la máquina de la biblioteca. Pero hoy se va por fin. Además hoy comienza la ilusión.
Un balón echará a rodar a las nueve menos cuarto cerca del Nervión Plaza mientras Haendel toca con la intención de compensar tanto dinero gastado en carnés, camisetas y otros menesteres furboleros. Es incoherente que un deporte tan lleno de mentira y tan sucio me ilusione de esta forma, pero así lleva varios años y dejé de buscarle explicación hace demasiado tiempo. Hoy comienza la ilusión. El sueño. Estoy convencido de que no vamos a ganar esta Champions, pero el solo hecho de imaginarme el próximo 22 de Mayo en el Santiago Cuernabeu viendo como añado otro título europeo a mi estantería del Ikea me pone los pelos de punta. Desde mi recién cortada cabellera craneal hasta mis descuidadas uñas de los pies. Todo esto pasando por mi corazón que late más y más rápido cada vez que lo pienso. Además no me importa el poco caché del rival, el cual tiene más pinta de haber venido a tomarse una cerveza a Triana que a plantarle cara a los chicos de Jiménez. Y si hoy perdemos y nos eliminan pronto, me volveré a mi cuarto con la esperanza de que tarde o temprano todo esto volverá a empezar, asi que me conformo silvianamente con lo que hoy hagan los mercenarios millonarios rojiblancos...