Agua de su boca

Sonreía hasta follando. Estaba guapa hasta follando, mejor dicho. Con la coleta rubia cogida. Posando mientras se balanceaba en aquella habitación de hotel. Nunca conocí a nadie tan dulce y tan cruel. Tan ella, tan bella. Me enseñaba los dientes y se reía. Parábamos para que bebiera agua y me la diera de su boca. Fui tan feliz...