Feliz Navidad a...

...todos. Si, a todos. A la que me besó y a la que me quitó la cara. Al portero que me coló y al que me echó de la discoteca. Al compañero que me dejó los apuntes y al que se hizo el loco cuando se los pedí. A Loquillo y a Wert. Al profesor que me aprobó y al que dijo "un 4,6 es un 4,6". Al que me abraza cuando marca mi equipo y al que me hace cortes de manga cuando marca el suyo. A la que me echa cuenta y a la que me agregó y no me volvió a hablar. A Bacca y a Pepe Mel. Al que lee esto y al que nunca entró aquí. Al periodista que me enseñó y al que me mintió. Al cojín de la siesta y a la melodía del despertador. Al dj que pone reggaeton y al que pone reggae. Al...a todos. Pasad buena navidad y tened buen año. Os quiero en mi vida en 2014.

91 palabras sobre arte (I)

"Noctámbulos" (1942) - Edward Hopper

He elegido esta obra porque me identifico totalmente con los personajes que aparecen. Hay una pareja. A veces, yo soy él (sin sombrero). A su lado, hay un hombre solo. A veces, también soy él (también sin sombrero). El lugar me recuerda a esos sitios de comida post-salida nocturna. Lugares donde los "noctámbulos" se encuentran tras bailar y beber alcohol. Me gusta también que sea un lugar transparente y que todos vean la situación. Imagino que la situación acabaría con la pareja marchándose a yacer y el hombre solitario yaciendo (solo).

El chaval de verde

Su equipo perdía y me hacía cortes de manga. Llevaba un chaquetón verde y un peinado a lo Dani Martín. Un piercing en la ceja y una bufanda preciosa del Granada. Yo no podía parar de mirarlo. Me regocijaba en cada insulto que me decía y en cada ocasión que fallaba su equipo. Entonces llegó ese momento. Instante mágico para mi.

El Granada mete un gol. Él se gira hacia mi. El linier anula el gol. Yo lo sé y él no. Me grita y se agarra los países bajos ofreciéndomelos. Se (cree que se) ríe de mi. Yo soy feliz. Veo la ingenuidad en su mirada y me apiado de su rostro decepcionado cuando se percata de la decisión arbitral. Otros sevillistas le gritan "tooonto, tooonto" y se burlan mientras retira la mirada y agacha la cabeza entre sus pantalones cagaos. Maravilloso. Ese instante lo justifica todo: madrugar, las horas en el bus, el dinero gastado, etc.

El partido siguió y hasta que su equipo no metió, no volvió a buscarme con la mirada. Si, me insultó; pero ya estaba más calmado. Y tranquilo del todo se quedó cuando metió mi Sevilla y volví a mofarme del chaval de verde. Entre cánticos y palabras malsonantes nos despedimos. El fútbol es así...de bello.