"El más difícil no es el primer beso sino el último." Paul Géraldy
El otro día iba paseando por la calle. Si, algunas veces paseo. Bueno, el asunto es que vi a una pareja de adolescentes besándose. Liándose en plena acera apoyados en la fachada de una sucursal de Bankia. Mostrando y demostrando la importancia que tiene la crisis bancaria para ellos y sus besos. Me alegró la tarde y me dejo una reflexión que se mantuvo durante mi paseo. Me acordé de esos que critican los besos callejeros. Esos besos que todos ven y solo dos sienten. Para mi, maravillosos. Los vea o los sienta. Sublimes y esperanzadores. Pensé que con todo el mal que existe en el mundo, no entiendo a los que se empeñan en molestar a esos besos adolescentes (o no) urbanos. Con la cantidad de malos gestos que se hacen a diario, y algunos se empeñar en poner peros al amor, a los besos y a las caricias. Si los equivocados somos yo y los besucones, este mundo está peor de lo que pensaba. No está en mis planes dejar que los amargados y envidiosos ganen esta batalla. Una batalla de besos. Y como bien dice el refranero, "en la guerra y en el amor, todo vale y se comparte".