No sé si como en el tango de Le Pera, las nieves del tiempo platearon mi sien. Pero si sé que las nieves polacas no enfriaron mi corazón. No consiguieron amedrentar a mis pensamientos. Dije antes de irme que compararía. Que te compararía. Sabemos que las comparaciones son odiosas. Sabemos que ganas tú. Y más ahora, que radiante te me presentas. He estado unos días alejado de ti y acercado a otras. Comparando, reflexionando y (sobre todo) caminando. Eso que tanto te gusta. No sé si mi veredicto es el que ya anticipaba y no tienes rival. Lo que sé es que vuelvo. Con menos dudas y con más frío. Porque eres hasta cálida. Eres Sevilla. O así te llamo de tanto que me gustas.