Escaparate

Quizás sea buen momento para escribir. Parece que no me di cuenta del momento en que esto pasó de moda y las visitas de mi cuenta de twitter multiplican a las de este lugar. Un lugar que tuvo su gloria. Como todo. Ahora nos queda la melancolía y la nostalgia. Grandes palabras para grandes días. Adecuados términos para la nación en que me tocó nacer y de la que ni reniego ni presumo, algo complicado en estos días de azotes desde los bandos obligados a no entenderse nunca. Este texto se puede convertir en un alegato ideológico, pero intentaré reconducirlo al camino de la cómoda utopía donde controle verbos y adjetivos sin mucha dificultad. A algunos la responsabilidad les pesa. Yo, aunque sepa que estas palabras tiene el saco más roto como destino, no pienso en como hacerme famoso: una práctica muy practicada. Ya sé que escribir sin títulos queda muy bien y denota veracidad a este manipulado inconscientemente texto, pero más respetable me parece colocar la palabra Escaparate, título de la revista que me sirve como alfombrilla de ratón y que enseña con el traje típico sevillano a una modelo cumplidora de los cánones de belleza. Una chica guapa que parece parecer feliz. ¿Lo será? Hubo una película que hablaba sobre eso. Se llamaba La sonrisa de Mona Lisa. Esa frase agitó tanto mi opinión, que aquí queda. Queden ustedes con Dios... o con alguien de su calaña, si lo prefieren.