El otro SEFF. Día 8

El horario nos dio un respiro y hubo una merecida siesta antes de deleitarme de nuevo con la voz del genio Ferrari. Hacía tiempo que no desempolvaba el arca del tango. Para continuar con momentos eternos. Sean con la cámara de Maria Larsson o con la de mi LG táctil. Todo vale. Hasta fructuosas conversaciones con mi colega mientras esperamos para entrar en una sala acogedora y calentita. Fútbol e historia mezclado con música. Con poetas sudamericanos y con planos que entran en estadios no se sabe como. Donde el agua a menos de un tercio de euro sabrá a delicia y refresco por las gargantas cinéfilas. Pero acabó mal. Acabó con reinicios inesperados y odio a Lituania. Al tiro exterior del baloncesto lituano, incluso. Todo esto acompañado de un paquete de patatas patatas con jamón jamón. Como la peli. A dos pavos la bolsa. En un Vips que se aprovechó de mi mala planificación alimentaria en este penúltimo día de frikismo cineasta. Las historias fueron:
- La cantante de tango. Acordeón + Oscar Ferrari = Yo disfruto.
- Everlasting moments. La magia de la fotografía en sepia.
- Low lights. Una mierda lituana.