
En cuanto a las amistades, la variedad ha sido la tónica habitual, ya que he conocido desde baterías de grupos de rock hasta capataces semanasanteros. Fauna flora de la juventud sevillana. O no. Porque lo que mas me ha sorprendido ha sido la cantidad de gente de fuera que ha venido a estudiar a la gran ciudad. Desde Ayamonte a Carboneras pasando incluso por pueblos extremeños. Fascinante.
Con respecto al esfuerzo realizado, puedo corroborar que los universitarios viven excelentemente: salidas entresemana, tardes bajo el sol en la orilla del Guadalquivir y una innumerable lista de tardes culturizándome a mi modo: porno, poesía, heavy metal, videoconsola, etc... En definitiva, encaro el verano con optimismo, ya que al final del mismo me espera otro interesante año de Universidad. Que paséis un buen verano chicos.