Astiadas

Esa que no se da cuenta de eso que nadie le cuenta y a todos nos canta. Vive en su mundo creyendo que el menda sólo a ella le come la merienda. ¡Qué linda y qué lerda! ¿Qué diablos piensa? ¿Qué ella se salva de esta selva? ¿Qué no porta eso que le da contra las puertas? ¡Por Dios! Si lo sabe el portero de la puerta, la del guardarropas que no guardasecretos y la camarera que nunca se entera de qué le pido a la primera. Todos menos ella que ayer yacía con él. Ya hacía tiempo que no lo hacían y hacia los corrales de la Maestranza se dirige con esperanza y no sabemos si con un becerro en la panza. Hubo chanza cuando le clavó la lanza a otra a la que se abalanza mientras la noche avanza. Este chaval no me da confianza, pero sí una enseñanza: el pasado muere, el presente vive, el recuerdo queda y la vida sigue.