Un año de película

Los años son como las películas. El final lo condiciona todo. En mi año, el final está siendo feliz. Como un largo beso con la vida que se funde en negro. En el negro del micrófono de NEO FM, por ejemplo. 

NEO FM. De leerlo ya me vengo arriba. Este año ha sido un grande gracias a cosas que me han pasado con un micrófono en la mano. En mayo de 2014, por si no lo recuerdas, marcó M’Bia y yo estaba allí para contarlo a gritos que se apagaban en la emoción de aquella cabina entre amigos. Los mismos a los que les doy voz. Manejar un rincón del dial (90.4) es un sueño que se cumplió en lo que hoy acaba. 

Tampoco acabó, sino que empezó lo de juntar letras. Lo que siempre ojeé en el bar, ahora lo hago en la redacción. Aunque sea becario y tenga fecha de caducidad, ESTADIO DEPORTIVO pone vida e ilusión a mis mañanas. Y esto, también pasó en 2014. 

Como también pasó en 2014 que seguí junto a los que me rodean. No porque sea habitual dejo de valorar todo lo que tengo. Una casa, un coche, comida, ropa, teléfono, gafas y un largo etcétera de elementos comunes que muchos sé que no tienen y que no me faltaron. Como tampoco faltó la familia (la que vive lejos y con la que vivo), los amigos (SG, los de la peña, los de la radio, los del basket, los del Claret, los del Firmamos, los BDP y los que se quieran subir al carro), los buenos compañeros de trabajo y las mujeres (sobre todo una que cada día está más guapa). 

Mucha gente que ha pasado por este año y que espero que sigan pasando en 2015. Porque 2014 no es más que el principio de lo que viene. Del camino. De ver si adelgazo o exploto, de encontrar a esa persona o de terminar de encontrarme a mí y de cosas que no espero y eso me gusta. 

Si el 31 de diciembre de 2013 me cuentan que sería director de una radio, becario en un periódico, tricampeón de la UEFA y muy muy feliz, habría firmado sin pensar. Pero como sigo creyendo que ‘lo mejor está por llegar’, toca apretar los dientes y recolocarse las gafas. La película del 2015 va a empezar, así que ¡acción!

Madre

Dicen que hay imágenes que valen más que mil palabras. Muy bien. Yo digo que también hay palabras que valen más que mil imágenes. Una de ellas es:


Sería complicado condensar en mil fotografías lo que vale una madre. Mil actos o mil cariños. No alcanzan a las madres ni con todos los disparos y flashes. Hay cosas que, por fortuna, no se pueden captar. Hoy es el día de las madres. Y mañana y el otro. O, ¿acaso algún día no lo es?