El juego de tu vida


Mi vida o la vida es como el Monopoly. Eliges o te dan una ficha y algo de dinero. Sales y entras en un barrio malo, del que con una tarjeta (roja o azul) y algo de suerte llegas a una estación. Compras un billete para un barrio mejor y te instalas. Conoces a tus vecinos y con mala suerte acabas multado o en la cárcel. Visitas otros barrios y monumentos pero no te quedas. A veces no te da ni para el agua o la luz. Y cuando te descuidas, estás en el punto de partida de nuevo. Con la ventaja de que ya conoces el juego, pero con la desventaja de tener propiedades y cosas que defender y cuidar. Tu vida cambia. Crees que la dominas pero te mueves gracias a un dado malvado que siempre te hace tropezar en la misma piedra o casilla. Un querer y no poder. Y cuando por fin puedes, ya no quieres o no tienes dinero suficiente. Y das vueltas y vueltas. Y conoces los duros bancos de las estaciones. Y la banca o los bancos se quedan con una parte de tu dinero. Harto, decides parar, levantarte, ir al servicio y volver al tablero. Pero a veces no puedes y vas perdiéndolo todo hasta que mueres arruinado tras hipotecarlo todo sin éxito.