Calcomanías

Vuelven. Lo digo yo. Las calcomanías vuelven. No porque yo me haya puesto una muy cani en el antebrazo izquierdo. Vuelven porque tenían que volver. Dado que ahora cualquiera fuma porros y se hace tatuajes malotes, tenía que volver la inocencia elegante. Marcar la diferencia con el resto de mortales que se venden a los vicios masivos. No se si esto se extenderá al igual que ha pasado con mis gafas. Lo dudo.
Lo dudo porque en el fondo no hay huevos en la sociedad. Falta valor para despegar el plastiquito, pegarlo sobre la piel y mojarlo en el lavabo. Apretar y se acabó. Marcado por unos días. Engañando a algún palurdo que se te acerca pensando que tenías un tatuaje molón. Gente pa tó.
PD: Aviso que volverán las oscuras crónicas veraniegas en breve. Ya huele a alcohol desde aquí.