Recuerdo un viaje a Galicia hace más de una década montado en el Mercedes que teníamos con solo tres cassettes: Agila, ¿Dónde jugarán las niñas? y El Vals del Obrero. Extremoduro, Molotov y Ska-P. Ahí empecé a descubrir la música que ahora copa mi iPod y fue gracias a él, dueño de aquellas cintas que sonaron tanto en la ida como en la vuelta y de las que recuerdo gran parte de sus letras. Tampoco puedo olvidar días como el 27 de Abril de 2006. El minuto 100 del SFC-Schalke 04, si soy más concreto. Un gol, un abrazo, un sueño. Todo condensado en un gesto. Abrazo eterno. Como eterno es quién metió aquel gol que desató 15 meses de gloria rojiblanca. Que provocó que tuviera que ir (también con él) a Eindhoven a levantar una UEFA.
Por si no lo saben, se llama Pablo. Por si tampoco lo saben, también le llama Ochoa todo el mundo. ¡Anda, qué coincidencia!