Jaques Cousteau

Solo cuando el hombre haya superado a la muerte y lo imprevisible no exista, morirá la Fiesta de Toros y se perderá en el reino de la utopía, y el dios mitológico encarnado en el toro de lidia derramará vanamente su sangre en la alcantarilla de un lúgubre matadero de reses.

Juan José Padilla