Pues por placer

Contar cosas porque quiero. Escribir por placer. Decirte que no vayas a París en invierno. Que hace mucho frío. Tampoco a Polonia. Aunque si nieva es bonito. Con frío no se puede viajar. No se puede ver nada y acabas entrando en los museos. Yo estoy muy en contra de los museos. Los cuadros no los pintaron para ponerlos juntos y que tú les hagas fotos por encima de la cabeza de un japonés. A Japón si que me gustaría ir. Y a tu casa también. Ahora no porque viene la Feria y ya tengo planchados los trajes. Pero cuando quieras voy y... eso. Quedamos en eso.

Escribir corriendo

Corriendo se me ocurren las mejores ideas para escribir. ¡Qué pena que salga a correr tan poco y tan poco tiempo! No tengo futuro como escritor. Y como atleta, aún menos. Resulta que hoy corrí. Poco. Unos kilómetros. Lo suficiente para refrescar la imaginación. O para chocar los cinco con otros corredores que se cruzan conmigo. Sí, extiendo la mano cuando veo que otro runner, ya sea como yo o sepa correr, viene de camino. Todo muy peliculero. Creo una complicidad, una sonrisa, un apoyo. "El ser humano es maravilloso" deben pensar los afortunados. Hoy sólo uno porque era una hora muy mala para correr. Y para chocar. Pero era la que había entre el Ángelus y los Simpsons.