Ropa de camilla

Queréis ser humanos, pero estáis ciegos, no véis lo que necesitáis.

Tiana y el sapo


¿Y que necesitáis? Pues yo os lo digo. Arreglar el asunto de la ropa de camilla. Ese elemento que casi siempre se queda corto. Que si tuviera un metrito más sería perfecta, pero arrastraría por el suelo y tu madre no lo aceptaría. Un problema enorme para el ser humano en el siglo XXI. ¿La colcha extensible? Quizás dejar volar la imaginación en este tipo de cosas en época de exámenes no sea lo más adecuado. Ah, ¿Y entregar mi vida a los folios y a un futuro hipotecado si lo es? Pues si, Alvarito, se atreve una voz popular desde el fondo de la sala. Puede que esa voz tenga razón o que no tenga mesa de camilla en su casa y no sepa que es dormir una siesta pegado al filo del sofá porque la ropa de camilla no alcanza ni en sueños con la parte que ocupan los cojines, lugar más conocido como Edén o paraíso. Hoy se arrejuntan las responsabilidad académica y los problemas de un chico normal. Que no entiende como la sociedad permite avanzar en campos sin futuro como la transmisión de fotos de dsfaseeee en Goa y no quiere tomarse en serio el problema de las camillas de salón. Sencillamente, estoy contigo Rafa. Estoy indignado.