Tormenta de lamentos

La muerte de cualquier hombre me hace sentir más pequeño, porque tengo un compromiso con la humanidad. Por eso, nunca trates de averiguar por quien doblan las campanas, están doblando por ti.

Por quién doblan las campanas


El tormento suele ser un hobby. Una distracción necesaria de la pintoresca felicidad que nos embarga a ratos. Una búsqueda indeseada de una perfección desastrosa y manida. Consumirse a uno mismo. Arramplar con todo e irse sin saldar las cuentas con unos mismo. Tirar de la cuerda y hacerlo sonar.Recuerda, las campanas siguen doblando. Su función informativa es mera ilusión. Las campanadas vienen despues de los cuartos. Y el cuarto suele venir despues del tercero. Y del tercero no se acuerda nadie. Lo di todo en el primero y el resto fue marear la perdiz hasta que llegaron tus padres. Bueno, pues si nadie se acuerda de nada no me merece la pena repasar los errores. Meterme en el armario era tan emocionante como que se fuera a abrir tarde o temprano. Las pieles muertas en las perchas de tu madre eran un precedente de por quién doblarían las campanas cuando el suegro fuera a vestirse o a dejar la corbata. Dos meses sin ver compensan el pago por visión de los cuerpos incandescentes bajo la nórdica. ¿Se puede fallar sin intentarlo siquiera? Yo creo que es la única manera de fallar. La peor decisión es la indecisión.