Un jugón del micrófono...

Antes de que los españoles llegaran a la ÑBA. Antes de laSexta. Antes del tiki-taka. Antes del Capitán Narvaez y de las llaves de Salinas. Antes del fútbol con fatatas y del séxtasis. Antes de mundiales con Itu y Epi. Y sobre todo mucho antes de que comentara a mi equipo, yo ya conocía a Andrés Montes. Y lo conocía en su terreno. Formando parte del aquel extinto tándem inseparable para los cursos baloncestísticos de la NBA. Con el gran Antoni Daimiel. Ellos crearon un estilo grandioso, que a mí me hacia quedarme frente al televisor a altas horas de la madrugada para ver por Sportmania a gente como Tim Siglo XXI Duncan o Conexión Mourning. Fueron años maravillosos, porque recuerden que la vida puede ser maravillosa. Y más si uno ve buen baloncesto divirtiéndose y aprendiendo de grandes maestros. Quizás por aquellas noches yo esté cursando Periodismo en estos momentos.
Hoy, a raíz de la muerte del mejor comentarista de baloncesto que yo he presenciado, comentaba con un amigo el desenlace del sexto partido de la final del 98. Los Jazz contra los Bulls. Ese fue un momento histórico. Por la calidad de Air Jordan. Por la emoción de aquel último minuto. Pero sobre todo por como los comentaristas te metían en el partido. Yo eso lo vi en directo con mi hermano hace 11 años. Nunca olvidaré ese último minuto de bello juego. Con eso les dejo...