Fama, a llorar!

Nunca sabré porqué razón tras los Deportes de Cuatro el mando sigue intacto. Este hecho provoca que nos traguemos diariamente el programita de Fama. Ese donde unos pocos de niñatos con botines estrafalarios bailan y bailan para labrarse un futuro en el mundo del espectáculo. Como OT pero en baile. Esta es la teoría, pero de ahí a lo que se ha convertido hay un trecho más grande que la nariz de Curro. El programa comenzó hace dos o tres ediciones como una sucesión de bailes y bailes muy currados y algunos bastante molones. Pero un tiempo a esta parte, esto ha cambiado por completo. Se centrar en los lloriqueos y las discusiones de los concursantes. Porque no lo olvidemos. Esto es un concurso y aquí se viene a ganar. No a hacer amiguitos, aunque haciéndolos también sea una forma de ganar. Bueno, a lo que iba. Todo el puto día llorando y discutiendo. Hablando entre edredones y en fríos patios con mantas arropándoles en sus profundas conversaciones. Hoy la han tomado con un italiano. Un tal Jonatan, el cual va a su puta bola y no se casa con nadie. Lo tildan de ser frió y un poco cabrón. Porque ha hecho llorar a una tal Jenny. Grandioso.
Me niego a pensar que los jóvenes somos así: llorones y bailarines. Somos cabrones y bailarones. Desfasándolo a muerte con músicas electrónicas o con rock and roll duro en antros llenos de gente sudando con las manos arriba. Esa es mi gente. Bueno, ya termino.
Mi conclusión a todo esto es que este programa cada día es menos baile y más Gran Hermano. No me extrañaría que en breve los veamos follando bajo grandes mantas y prometiéndose amor al salir de la casa.