Kilómetro y medio

Hace justo una semana en torno a la hora del té estaba frente al televisor viendo como transcurría otro Mundial de Atletismo con más pena que gloria para nuestra sentida nación. La final de los 1500 metros femeninos comenzaba con la vaga opción a victoria final de la catalana Natalia Rodríguez como representante ibérica. La carrera echa a andar, o a correr mejor dicho, y 3 minutos después aproximadamente entra la española en primera posición. Yo, casi emocionado por ver como arreglábamos un poco el desastre que estaba siendo esta andadura por Berlín, sonreía mientras ella lloraba de alegría pocos metros después de haber cruzado la meta. Hasta aquí todo perfecto y glorioso. Otro capítulo de oro se escribía en la historia del kilómetro y medio y yo estaba allí para disfrutarlo y restegrarlo por la cara del resto del mundo.
Me levanto y celebro la victoria con un gran vaso de Nesquik y una magdalena gorda. Cuando vuelvo al sofá me entero que la atleta hispánica ha sido descalificada por una posible obstrucción durante la carrera a una tal Gelete Burka, la cual veo como cae en el transcurso de la carrera como un lance más de tantos que se producen en este tipo de carreras. Al ver la repetición varias veces y desde varios ángulos, sigo en mi convicción de que la española no tuvo la culpa. La "víctima" ve como la van a adelantar e intenta cerrarse. Al intentar esa maniobra, chocan y cae al suelo la antes mencionada.
Pues bien. Mi principal intención con este post no es denunciar la tremenda injusticia que se cometió contra la pobre Natalia, la cual ha perdido con casi toda seguridad la oportunidad de su vida. Tampoco la de criticar la lamentable federación de atletismo que tenemos en este maldito país, la cual no reclamó la decisión de los jueces.
Solo he escrito esta parrafada para dejar en el aire una pregunta: ¿Habrían descalificado a Natalia Rodríguez si hubiera estado defendiendo a los Estados Unidos? Me parece que pienso lo mismo que usted...