Un fin de semana Blues

Este ha sido un fin de semana blues. He vuelto a uno de mis orígenes. El viernes me dio un repentino ataque cinéfilo y volví a ver por nosecuantavez la película Blues Brothers (Granujas a todo ritmo si nos atenemos a su título es español). Tras emocionarme de nuevo con las actuaciones de Ray Charles o Aretha Franklin, reviví momentos del pasado. Donde me pasaba escuchando big bands y neoswing hasta altas horas de la madrugada. Squirrel Nut Zippers, Indigo Swing, Lou Marini y un sinfín de grupos y artistas "azules". Esto me ha durado todo el fin de semana. Por ello, haré caso a B.B. King y tomaré al pie de la letra su legado: Para mucha gente el blues es algo sagrado y, cuando me encuentro con alguien que no lo entiende así, no descanso hasta convencerle.

Por otra parte, ha vuelto a renacer en mí la idea de comprarme (de una vez por todas) una Hohner o una Seydel, es decir, una armónica diatónica o de blues. Instrumento pequeño y manejable ahora que llega el verano y mis places más ocultos salen a luz pública (o púbica, nunca se sabe). Y más cuando rebusqué sobre armonicistas en mi vetusto archivo informático. James Cotton. Un maestro de esto. Os dejo un vídeo que a mi pone los vellos de punta.